Un currante que siempre ha intentado hacerse
entender en un mundo que ni escucha ni parece razonar. Amante del cine gracias
a su padre, de la literatura fantástica gracias a Tolkien, y de los idiomas
gracias a un talento innato.
Ha explorado el mundo de la cultura
minoritariamente mayoritaria como los cómics o el animé. Cree que aún existe
espacio para enviar sus propios mensajes desde el punto de vista del que conoce
la dureza del entorno y la vida que este produce. Incapaz de callar la boca
cuando lo cree necesario, su sueño es que sus personajes vuelen por si solos ya
que ellos hablan por él.
Hombre cuyo paraíso lo componen las buenas
charlas mezcladas con cerveza, bravas y aceitunas. Su lema “que ellos decidan,
pero yo digo” (o sea, terco hasta la muerte y a mucha honra).